Thursday, July 12, 2007

Del exilio a la literatura



Augusto Roa Bastos nace en 1917 en Asunción del Paraguay, pasa su infancia en un ingenio azucarero y a partir de allí, el exilio será su acompañante. Comprometido con su gente, sus tradiciones y sus padecimientos, invierte sus años en plasmar a través de sus míticos relatos, las crueles realidades de su tierra.


Por: Verónica Cardozo


“Yo soy un escritor modesto, de un país humilde, que cree profundamente en la hermandad y la amistad, y en la conciencia de los ciudadanos latinoamericanos”
, dijo Augusto Roa Bastos en noviembre de 2003, dos años antes de su muerte, cuando se lo condecoró en Argentina con la Orden del Libertador San Martín en el grado de Comendador.

Nace el 13 de junio de 1917, en Asunción del Paraguay y pasa su infancia en un ingenio azucarero de Iturbe donde trabaja su padre. Su madre lo educa en las letras a través de lecturas de la Biblia, y de Shakespeare mientras que él observa con atención su alrededor para convertir mas tarde esos recuerdos en fascinantes y a su vez innegables relatos.
Su educación se funda en una dualidad entre los clásicos españoles (a través de la lectura en la biblioteca de su tío obispo), y de los mitos indígenas, la cultura de sus hermanos de la tierra y las injusticias que deben soportar; pero hay un momento que será decisivo en su vida: La Guerra del Chaco en 1933 entre Bolivia y Paraguay, promovida por los intereses de las compañías petroleras internacionales. El destino de Roa quedará sellado con esa experiencia.
Sirve como enfermero con sólo 15 años y los espantos presenciados lo llevarán a luchar contra la injusticia y la violencia el resto de su vida. Se inicia como periodista en el diario El País de Asunción y en 1947 debe exiliarse del país ya que comienza la eterna dictadura del Gral. Stroessner que concluirá recién en 1989. Roa Bastos podrá regresar al caer la dictadura y disfrutará de su lugar hasta la muerte.

En 1953 publica “El trueno entre las hojas”, primer libro de relatos, en 1960 “Hijo del hombre” y lo seguirá luego “Yo, el supremo” su obra máxima en la que narra la historia de José Gaspar Rodríguez Francia, dictador del Paraguay durante 26 años.
Roa es paraguayo de nacimiento pero escribe la mayor parte de sus obras lejos de su tierra, en Buenos Aires. Un exilio que luego de 30 años de estar en Argentina, en momentos del inicio de la misma realidad que vivió en su tierra, lo lleva al extranjero, exiliado una vez más. El estar lejos de su país, le permite ser un observador objetivo de lo sufrido en su tierra, sin quitarle la fuerza del dolor y la furia que lleva impresa en el alma. Por ello, sus obras están escritas con un compromiso hacia los campesinos- hermanos, otorgándoles voz a los que sufren en silencio y redención a los que padecen.
Roa ama su país y su gente y al comenzar la escritura de sus relatos se le presenta el problema de cómo transmitir en castellano el sufrimiento guaraní, como encontrar en la traducción palabras que representen ese sentimiento. Por eso, en su primer libro “El trueno entre las hojas”, mezcla las expresiones idiomáticas pensadas y escritas en guaraní junto al castellano. Las palabras tienen una fuerza especial en su propio idioma y Roa no desea ser intermediario entre los hechos y los lectores.

Su obra

Roa Bastos abarca diversos géneros; poesías, guiones cinematográficos y ensayos pero sin duda es la narrativa donde logra fama internacional. Su obra presenta la realidad de su Paraguay amado y sufrido desde la distancia impuesta por otros, en su perpetuo exilio; y a través de sus relatos nos hace partícipes de los mitos de ancestrales, de su lengua, su tradición y el mundo mágico creado por ellos tal vez, para sobrevivir en tanta incertidumbre.
Los temas fundamentales son la violencia generada por el destino del hombre, como una fuerza natural que condiciona los pasos sin poder modificarlos y el mundo mítico en que se mueven las historias son el elemento para poner en evidencia la injusticia social.
“El trueno entre las hojas” consta de 17 relatos. Si bien al libro lo componen cuentos con distintos personajes e historias, éstas se complementan dando coherencia al libro en su totalidad. Todos los relatos tienen un denominador común que es presentar la historia de su país, la historia de las poblaciones originarias del Paraguay más dañadas por los inmigrantes y su interrelación entre las tradiciones paganas de dichos pueblos y las concepciones nuevas de los que arriban. Hay una organización circular desde el título mismo de la obra. En el primer cuento son presentados “Los carpincheros” y se retoma su presencia en el último cuento que se llama “El trueno entre las hojas” que es, justamente el título del libro. Existe una dualidad constante entre las culturas que se encuentran y a su vez una extraña identificación ante lo desconocido. Esa organización circular está explícita en cada cuento en el cual desde el inicio nace como un vaticinio de lo que ocurrirá.
Es la misma organización circular de su propia vida, de joven asistió al absurdo de la guerra y de adulto la terrible soledad de otros suelos. Sin embargo, sus ansias del regreso le concedieron pasar sus últimos años en su tierra, cobijado en ese lugar soñado por siempre desde las más disímiles geografías.

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